13/02/11

• PROPUESTA DE MAURILIO MEJÍA MORENO - 1975


ORIGEN DEL NOMBRE DE AIJA 
Por: Maurilio Mejía Moreno

Aija - 1998
La palabra Aija viene de la voz griega Aix que significa “cabra”. También se refiere a un ave de la familia de las anátidas y del orden de las palmípedas. A esta voz se le ha agregado la desinencia “a” para dar origen a AIXA, palabra árabe usada como sustantivo propio para nombrar a las mujeres hermosas, alegres y discretas de Arabia, como la bella Aixa, hija de Abu Bécquer, que fue la tercera esposa de Mahoma, y que a la muerte del profeta gozó de gran influencia llamándosela “la Madre de los creyentes”. De allí que para los árabes Aixa es una de las cuatro mujeres incomparables que hayan existido en la Tierra.

Cuando los árabes, el 28 de abril de 711, al mando de Tarik, invadieron a España, dominándola durante ocho siglos, o sea hasta el año 1492, influyeron enormemente con su idioma en la formación del castellano. Por eso hay muchas palabras castellanas de origen árabe.

Ahora bien, al producirse la Conquista del Perú llegaron a Aija los primeros españoles aventureros trayendo este vocablo árabe-español y lo difundieron con el mismo significado nominando Aixa a las lindas doncellas aijinas de aquellos tiempos. Pues, de otro modo, es imposible encontrar esta palabra en nuestra lengua nativa, porque el pueblo dice también que no es Aixa sino Aiza; pero, en ambos casos, sin el significado quechua preciso ni siquiera aproximado. Aceptable es que Aixa sea voz árabe españolizada, puesto que los españoles la usaron también para nombrar a las bellas mujeres peninsulares, de acuerdo al idioma castellano de los siglos XV y XVI que estaba en su etapa de evolución formativa para convertirse en el idioma más rico, sonoro y fluído de España, como lo es en la actualidad. Por aquellos siglos del romance español la jota (j) fue poco usada y se le daba el sonido de “x” y no como ahora que tiene ya su fonación definida. Así, se decía Ximena (Jimena), dixo (dijo), dexo (dejo), dexado (dejado), caxón (cajón), caxa (caja), Mexía (Mejía), Caxamarca (Cajamarca), Xauxa (Jauja), Texas (Tejas), Truxillo (Trujillo), Caxatambo (Cajatambo), México (Méjico), etc.

COMENTARIO DE MAURILIO MEJÍA MORENO DE LAS OTRAS PROPUESTAS
Por otro lado el cura don José Antonio de Quijano, en 1760, al escribir sus relaciones menciona que al pie del camino de Rokna a Shiquin, hoy “Calle 28 de julio”, en Rarama o Tapac Rarama, hoy barrio de Rokna, don Santiago Cortez del Riojo, un caballero español, habíase hospedado “en la casa de una vieja largota tenida por hechicera y a la que acompañaba una linda joven, que no quiso decir cómo se llamaba y a la que don Santiago Cortez del Riojo acariciaba ycolmaba de regalos llamándola ¡Ah, hija!, ¡Ah hija!, que de tanto repetirse, según el cura Quijano, habría sido la causa de que se tomase como nombre propio del lugar por lo que se habría bautizado al pueblo español con el nombre de Aija”. Esta misma opinión la difundió el Dr. Santiago Antúnez de Mayolo Gomero, pero no convence por ser versión casi romántica y sentimental. Pues, don Santiago Cortez del Riojo, como todo español influenciado con lo árabe, idiomáticamente, la habría llamado Aixa a tal bella joven, sin recelos ni requiebres, y no ¡Ah, hija! que más es expresión cariñosa de una madre o de un padre que tiene compasión de su hija por alguna situación feliz o fatal que le toca afrontar. Mas no es la de un enamorado español que era imponente, terco, prepotente y abusivo. Sabido es que los españoles, durante la Conquista y Virreynato, sin respeto ni consideración alguna a nuestra raza, tomaban a las peruanas como cualquier hembra, sin manifestaciones líricas ni románticas, o sea sin amor ni enamoramiento. Por lo que se descarta totalmente esta opinión.

Además, el Dr. Santiago Antúnez de Mayolo Gomero, también basándose en las crónicas del cura José Quijano, afirma que, en el barrio de Shipshec, hoy Rokna, vivían hombres dedicados a la brujería, a la música, y que bailaban la danza típica del lugar, llamada “Aixa burr”. Cree que así se llamaba la danza porque los danzantes, de momento en momento, decían: “¡Ja! ¡Ja! ¡Aixa burr!, ¡Aixa burr!”, al chocar sus broqueles al sonido rítmico de la caja y “rayán” que sonaban así: “¡tui, tui, tan tan!, tui, tui tan, tan!”

Esta referencia tampoco es convincente, puesto que la palabra Aija no es autóctona, como ya hemos visto. Vino todavía con los conquistadores. Pues ellos al arribar a este lugar encontraron la danza “Huanca”, simplemente, cuyos danzantes portaban garrotes y máscaras, y usaban faldas largas, de color azul oscuro, y abiertas por un lado, por lo que los hispanos le antepusieron el vocablo “saya”, originando “Saya Huanca”, como se le llama hasta ahora. Esta danza la practicaban unos hombres largotes disfrazados de mujer, pareciéndose a hermosas mujeres, por lo que los peninsulares le dieron el nombre árabe de Aixa, o sea Aixas aijinas, y por la tropelía ovejuna o cabreriza con que danzaban, correteando en grupos de arriba hacia abajo y viceversa, le agregaron la voz onomatopéyica de “burr”, originando “Aixa burr”, que ahora ya no se practica en este lugar. No es aceptable el agregado “burr”, porque es raíz de la palabra vulgar burro.

Nota:
-        Fue leído por su autor, el 30 de agosto de 1975, en la Plaza de Armas de Aija.
-        “La Industria” de Trujillo lo publicó en febrero de 1976.
-        El Instituto Nacional de Cultura de Huarás lo incluyó en Cuadernos de Difusión N° 14, 1978.
-        “Nuevo Norte” lo publicó el 14 de marzo de 1999, en Trujillo.
-        La Revista Waru de julio-agosto de 2006, publicó este texto corregido y autorizado por su autor.

ACLARACIÓN NECESARIA A PROPÓSITO DE UNA CONFUSIÓN
Por: Carlos Mejía Gamboa

En muchos casos, cuando se tiene interés en conocer el origen de las palabras se recurre directamente a la Etimología y, gracias a ella, concluimos en un significado. Esta dará luz a nuestras inquietudes; pero, cuando los vocablos son difíciles de identificar se requiere de una acuciosa y metódica investigación. La labor del investigador se convierte, entonces, en una actividad que lleva tiempo y esfuerzo; además, esa tarea exige seriedad y honestidad. La seriedad impulsa a evitar elucubraciones subjetivas, faltas de coherencia, en el afán de despejar todo elemento que nos conduzca a cierto nivel de progreso. El hallazgo de ideas o conocimientos nuevos, será principio rector que ayude a fortalecer o rechazar teorías existentes que pretenden explicar algo.

El nombre de nuestra provincia Aija, también ha estimulado a que más de un estudioso pergeñe, en la leyenda o en los recursos académicos, para explicar su significado y origen. Al respecto hay explicaciones disímiles, entre las que destaca la propuesta de don Maurilio Mejía Moreno, por constituir una explicación académica seria, gracias a su formación profesional en el campo de la lengua castellana, su especialidad como reconocido docente.

Hemos incluido su teoria, en esta edición de Waru, debido a que por desgracia, en algunos otros medios como la Internet, le atribuyen equivocadamente dicha explicación a don Erick Santiago Antúnez de Mayolo Rinning. Comprendemos que será resultado de la falta de investigación seria y no por otra motivación. Nosotros reclamamos ante este tipo de confusiones, etc. Puede que algunos inclinados hacia el tema sólo lo hayan tomado de la Revista Sumac Coyllur, publicada al conmemorarse el 50° Aniversario de la Creación de la Provincia de Aija, en la que se incluyó un artículo de don Santiago Erick, titulado“Aija testimonio de vida”. En el mencionado artículo, el citado caballero, transcribe lo afirmado por Maurilio Mejía Moreno y obvia, desgraciada o mañosamente, incluirlo entre comillas como corresponde a toda cita, apareciendo como si la afirmación le perteneciera. ¡Hay que fijarse en la anterioridad de la propuesta! Estos casos son lamentables en los procesos de investigación porque hacen dudar de la calidad del investigador y reflejan una escasa seriedad. Es un ejemplo a no seguir, estimados lectores.

Ya no hay exclusividad de investigación en ninguna materia; por lo tanto, debe respetarse el esfuerzo de muchos otros estudiosos. (CMG)

(Aclaración adjuntada a la publicación del artículo que precede en la Revista Waru - 2006)